El riego es uno de los cuidados más importantes para mantener las plantas saludables, pero también es la causa más común de problemas. Regar demasiado puede provocar pudrición de raíces, aparición de hongos y muerte de la planta, mientras que regar poco provoca sequedad y debilitamiento.
En esta guía aprenderás a encontrar el equilibrio perfecto.
Entender las necesidades de cada planta
Cada especie requiere una cantidad distinta de agua:
- Plantas tropicales: Prefieren un sustrato siempre ligeramente húmedo.
- Suculentas y cactus: Necesitan riegos espaciados y suelo seco entre riego y riego.
- Plantas de hojas finas: Requieren riegos más frecuentes que las de hojas gruesas.
Comprobar la humedad del sustrato
Antes de regar, introduce un dedo en la tierra hasta 2-3 cm:
- Si está seca, es momento de regar.
- Si aún está húmeda, espera unos días.
También puedes usar un medidor de humedad para mayor precisión.
Elegir la hora correcta para regar
Lo ideal es regar por la mañana, cuando las plantas pueden aprovechar mejor la humedad y la luz del día para realizar la fotosíntesis.
Usar la técnica de riego adecuada
- Riego por arriba: Vierte agua lentamente en la base de la planta hasta que comience a salir por los agujeros de drenaje.
- Riego por inmersión: Coloca la maceta en un recipiente con agua y deja que absorba humedad por capilaridad durante 10-15 minutos (ideal para plantas con hojas delicadas).
Evitar el exceso de agua
Asegúrate de que las macetas tengan buen drenaje. Nunca dejes agua acumulada en los platos, ya que favorece la aparición de hongos.
Adaptar el riego a la estación
En verano, la evaporación es mayor, por lo que probablemente necesites regar con más frecuencia. En invierno, reduce la cantidad y frecuencia de riego.
Señales de exceso y falta de riego
- Exceso: Hojas amarillas, tierra con olor a moho, raíces blandas.
- Falta: Hojas caídas, bordes secos, sustrato duro y compacto.
Un truco extra
Si viajas o no puedes regar con frecuencia, usa sistemas de riego lento como conos de arcilla, mechas o botellas invertidas.
Mantener el equilibrio
Regar correctamente es cuestión de observar, tocar la tierra y adaptarse a las necesidades de cada planta. Con un poco de práctica, tus plantas de apartamento se mantendrán sanas y radiantes todo el año.